XVII
Voy a adularte sin límites. Supongo que cuando hagamos el amor por primera vez todo esto habrá acabado. O me masturbe llorando. Pero mientras voy a encantarme hasta parámetros insospechados, sin miedo, porque un ser humano también puede ofrecer proezas a otro ser humano. Sí, ya sé que luego, vendrá la crítica, el desasosiego, la indiferencia, pero si todo eso lo asumimos ya en nuestras miradas y, en las caricias, lo percibimos, no nos cogerá por sorpresa, y podremos, juntos, vencer hastíos, épocas de ceros, nieztscheamente, y, sobre todo, crecer al unísono.